Sabía que algo raro ocurría cuando mi mujer y mi hijo pasaban tanto tiempo juntos, así que decidí instalar unas cámaras para tenerlos controlados, y mis peores sospechas se confirmarón: mi hijo se follaba a mi mujer cada día cuando me iba a trabajar, y me decian ellos que habían ido a trabajar cuando en realidad estaban disfrutando de una follada salvaje en el lavabo de mi casa.
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